domingo, junio 23, 2013

EN PLENO AFFAIRE SNOWDEN, con el debate libertad contra seguridad encima de la mesa, os remito a un interesantísimo articulo  (pdf) de hace unos años escrito por Thomas Powers en la revista Public Interest. Contrapone a Benjamin Franklin y su tan a menudo mal citado "They that can give up essential liberty to obtain a little temporary safety deserve neither liberty or safety"* con Montesquieu y su "Political liberty consists in security or, at least, in the opinion one has of one’s security." Porque incluso los franklinianos deberíamos tener al menos un poco en cuenta que sin un mínimo de seguridad, la libertad es imposible. Como todo, el truco del almendruco está en encontrar el punto justo que, en mi opinión, debe inclinarse en caso de duda todo lo posible hacia el lado de la libertad.

Para leer con calma y tranquilidad.

*Digo que es frecuentemente mal citado porque se suele decir que Franklin afirmó que "los que están dispuestos a ceder libertad por seguridad no merecen ni libertad ni seguridad" tal cual, cuando lo que dijo el bueno de Ben es que "los que estén dispuestos a ceder una libertad fundamental por un poco de seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad". Lo que introduce matices importantes: si se defiende lo que dijo Franklin, no debería ser demasiado problema ceder una libertad no fundamental, o ceder una que sí fuese fundamental por un grado importante de seguridad de forma permanente. De hecho lo hacemos cada día en actos que consideramos cotidianos. Por ejemplo, cuando nos paramos en un semáforo en rojo, renunciando a la libertad de movimiento (una de las más fundamentales) para tener la seguridad que no nos mataremos empotrándonos contra un coche que cruce. Supongo que estaremos de acuerdo en que no palmarla es una ganancia significativa de seguridad, pero fijaos que lo hacemos siguiendo instrucciones del gobierno, que es quien programa los ciclos semafóricos. Así que menos lobos con el absolutismo de la libertad, y lo digo como alguien a quien no se puede acusar precisamente de estatista. Vivimos en sociedad y estamos por ello cediendo libertades continuamente sin que digamos ni mú.

Lo que no significa que no crea que lo de la NSA es un escándalo de marca mayor, sobre todo por el secretismo y la negación oticial, mintiendo, cuando fueran descubiertos (volviendo al ejemplo del semáforo, sería como si no hubiese postes ni luces visibles, pareciera que nos dejan hacer, pero luego nos llega una multa por saltárnoslo sin que sepamos dónde ni cuándo). Y que a la vez encuentre la actitud de Snowden más que extraña, por decirlo suavemente.