viernes, octubre 12, 2012

YO NO TENGO TAN CLARO que la única salida (descartando austeridad y estímulos) sea una quita negociada de la deuda. En primer lugar porque sólo supondría un respiro que me temo sería empleado como nueva oportunidad para seguir gastando. Que nos conoceos. Una quita sólo funcionaria con una drástica reestructuración del sistema económico, haciéndolo más reducido y eficiente, pero si no se está haciendo ahora cuando nos estamos ahogando, ¿por qué cree alguien que se haría cuando tuviésemos un poco de aire?

En segundo lugar porque, como dicen los ancianos del lugar, el dinero que entra en un bolsillo tiene que haber salido antes de otro. Esa quita disminuiría la deuda y aliviaría la economía española, desde luego, pero al mismo tiempo aumentaría las pérdidas --iría directamente a la cuenta de resultados-- y, por tanto, agravaría la economía de los acreedores. Y éstos no están precisamente bailando flamenco. Para más de uno sería la puntilla.

Y en tercer lugar, lo anterior es especialmente importante si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de la deuda soberana española está hoy día en manos de entidades españolas. Si los bancos tienen problemas ahora, imaginad cuando tuviesen que pasar el importe de la quita directamente a pérdidas.

Lo que nos lleva a lo de siempre: a desenmascarar la falacia de que la austeridad y los recortes sean un desestímulo. ¿Qué mejor para una economía que el no ser desangrada mediante impuestos, ese atraco a punta de Hacienda, para que empresas como particulares dispongan de más dinero para emplearlo libremente en el sistema? (Sí, sé que no es esto lo que está haciendo el gobierno español, que habla de austeridad y al mismo tiempo sube los impuestos. Pero es que tampoco está siendo austero porque incluso dejando de lado el coste de la deuda está gastando más, como se ha visto. Yo hablo de austeridad real)