viernes, junio 01, 2012

Y UNA LECTURA aún más recomendable: lo que escribe José Luis Orihuela.
Nací en Córdoba (Argentina) y viví allí 26 años, la mitad de mi vida. Soy un experto en crisis de todo tipo: políticas, económicas y militares (incluyendo una dictadura especialmente sangrienta, una guerra abortada in extremis y otra perdida).
 

No llevo la cuenta de los cambios de moneda acaecidos durante mi juventud, ni de los récords de inflación superados, aunque recuerdo llegar a la caja con el carrito de la compra y comprobar que los precios ya habían cambiado. También recuerdo cuando los comerciantes cerraban sus tiendas o se negaban a vender, mientras esperaban una nueva lista de precios.
 

En fin, aprendí que una de las pocas cosas buenas que tienen las crisis es que demuestran de qué madera está hecha la gente.
 

Hoy, me entristece ver en España a tantas personas quejándose y lamentándose todo el día: en los medios, en la red y en la calle. Ya está bien. Dejemos de llorar.
No os perdáis el resto.