martes, marzo 08, 2011

SI SÓLO TENÉIS TIEMPO para leer un único artículo sobre el Día Internacional de las Mujeres que se celebra hoy, no busquéis más. Leed a María Blanco:
Uno de los mayores errores que hemos cometido nunca las mujeres es aceptar la idea de que para combatir la discriminación hay que discriminar. Es como si se propusiese, para combatir la esclavitud, el esclavizar a los amos. Este error, que se ve más claramente cuando se cambia el contexto, es defendido especialmente en un día como hoy, señalado en el calendario como Día Internacional de la Mujer.

Detrás de la ingenuidad de creer que, por conceder un día especial a las mujeres, la sociedad va a recapacitar acerca de lo importante que es la población femenina, hay un oscuro intento de controlarlo todo, empezando por la mujer.

Bien es verdad que en determinadas empresas hay diferencias salariales en función del sexo, y que hay mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas. Es verdad que a lo largo de la historia hemos pasado de no tener alma reconocida por el hombre en la Grecia antigua a necesitar la firma de un familiar varón para abrir una cuenta corriente en el banco en la España franquista.

Pero en la actualidad, y gracias al sacrificio y esfuerzo de muchas mujeres que nos precedieron, unas cara al público como feministas militantes y otras simplemente como mujeres que exigían igualdad ante la ley, las cosas no son igual. Probablemente esas mujeres luchadoras sentirían espanto al contemplar en qué han quedado sus reivindicaciones. Hemos pasado de las manos del padre a las manos del marido, y de ahí, directas, a las manos del Estado. Y lo que es aún peor: quienes pretenden esclavizar de nuevo a la mujer son otras mujeres. No dudo que tengan muy buenas intenciones, pero los resultados cantan.
Como se suele decir en estos casos: de cabo a rabo.