jueves, enero 13, 2011

[Actualizado 2 veces] SIMPATÍAS POLÍTICAS APARTE, hay que reconocer que algo debe de tener Sarah Palin para que haga perder la cordura a tanta gente, haciendo que se pongan a sí mismos en ridículo. Por ejemplo, y no son los únicos, a TVE:
La líder ultraconservadora estadounidense Sarah Palin ha creado una nueva polémica al usar una expresión antisemita (“libelo de sangre”) para criticar a quienes le acusan de haber influido con su retórica agresiva en la matanza de Arizona.
"Libelo de sangre" no es una expresión antisemita, sino de denuncia del antisemitismo: hace referencia a las acusaciones inventadas durante siglos de que los judíos cometían crímenes para utilizar la sangre de los gentiles en sus rituales religiosos, acusaciones que propiciaron durante tiempo la persecución y exterminación de que los judíos han sido objeto. Y que lo siguen haciendo hoy en día en el mundo árabe sin que a nadie aparentemente le preocupe demasiado. Es decir, afirmar que algo es un libelo de sangre significa afirmar que uno está siendo acusado de un crimen inexistente para justificar una persecución injusta en su contra, que si no es lo que están haciendo contra Palin se le parece mucho. Usar la expresión no es ser antisemita, sino como mucho es equiparar a los rivales a antisemitas, que es el motivo por el que a algunos grupos judíos (no a todos) no les haya hecho gracia la expresión: creen que eso banaliza algo tan terrible.

Es ciertamente discutible si la expresión se ha convertido o no en genérica y si trasciende su contexto histórico; y es más que defendible decir que es así. Lleva siendo utilizada por mucha gente, incluyendo a comentaristas de izquierda del New York Times como Frank Rich (e incluyéndome a mí mismo, el pasado lunes, recogiendo el uso que había hecho Glenn Reynolds en el WSJ; ¡horror!), sin que haya supuesto problema alguno. Y puede decirse que políticamente fue poco inteligente por parte de Palin usarla, teniendo en cuenta que sus enemigos buscan cualquier oportunidad para deformar grotescamente todo lo que dice. Pero de ahí a afirmar que la expresión es antisemita es de una desfachatez que sonrojaría al mismísimo Goebbels.

Eso sí, por lo menos todo este episodio ha conseguido que TVE y compañía se preocupen ni que sea una vez por el daño del lenguaje antisemita. A ver si se aplican el cuento.

ACTUALIZACIÓN. Josh Marshall, de Talking Points Memo, es antisemita también? ¿Lo era A.M. Rosenthal, el legendario columnista del NYT? ¿O el autor de esta reseña de un libro en el mismo diario?

ACTUALIZACIÓN II. Ahora entiendo por qué TVE y otros dicen lo que dicen: porque algún becario con poco nivel de inglés se limitó a traducir, sin entender bien lo que leía, esto del New York Times, el diario de referencia para los reporteros políticos perezosos. Incluida esa referencia a que grupos judíos se molestaron", sin especificar cuáles. Esos grupos era uno, J Street, un lobby encamado con el partido Demócrata.