sábado, enero 29, 2011

[Actualizado 2 veces] ESTA MAÑANA oía en la SER lo que posiblemente se convierta en el mantra de moda en los próximos días: que lo que está sucediendo en Egipto, Túnez y en general en los países árabes, es en buena medida una "revolución Obama" cuya primera chispa fue su discurso en El Cairo en 2009. Que es el mesiánico presidente el que ha impulsado la sed de libertad en países oprimidos, y tal. En primer lugar, es curioso que lo que antes era rechazado como doctrina neocononservadora, retórica del cowboy Bush, ahora se ha convertido en un dogma de fe biempensante. ¿O es que nos hemos olvidado ya de todos esos "Bush está loco si cree que la democracia puede funcionar en los países árabes"?

Pero es que además, Obama no ha hecho demasiado más allá de las palabras. Más bien lo contrario:
President Obama's historic speech at Cairo University galvanized millions of people across the Arab world with its inspiring message of peace and brotherhood among Muslims. And his stirring endorsement of democracy gave hope to many Egyptians that his words would ring in a new era, helping pressure their own government to hold free and fair elections and to adhere to the rule of law.

But when it comes to backing up the president's rhetoric since that speech in June 2009, the administration has a decidedly mixed record and has disappointed many Egyptians, foreign policy experts tell The Huffington Post. Though Secretary of State Hillary Clinton has championed human rights around the world and American diplomats have quietly encouraged political and legal reforms in Egypt, when it comes to promoting democracy in the riot-torn country, efforts have generally been less aggressive than the Bush administration's.
Esto es de Huffington Post, poco sospechosa de ser pro-Bush.

ACTUALIZACIÓN. Mucho más aquí; es curioso ver lo rápido que la gente ha olvidado la llamada doctrina Bush, explicitada una y otra vez, entre ellas el impecable discurso en Whitehall, Londres, el 19 de noviembre de 2003 (en realidad no es que lo hayan olvidado; muchos ni siquiera lo oyeron, ocupados como estaban aporreando cacerolas y berreando en manifas antiguerra).

Incluso la Brookings Institution (que es un think tank más bien de centroizquierda) lamenta que Obama abandonara al agenda pro-democracia de Bush.

ACTUALIZACIÓN II. Meditación neocon.