viernes, noviembre 19, 2010

EL MINISTERIO de Asuntos Exteriores de España ha emitido una nota sobre la formación del nuevo gobierno en Iraq, que acaba así:
España reitera su compromiso con el progreso de la democracia y la estabilidad en Irak y quiere manifestar su disposición a colaborar con el nuevo gobierno de manera estrecha para la consecución de estos objetivos.
Lamentablemente para el gobierno español, lo iraquíes saben demasiado buen cuál es ese compromiso con la democracia iraquí y esa disposición a colaborar: haber hecho todo lo posible porque el dictador fascista siguiese en el cargo; haberse ido como alma que lleva el diablo sin esperar siquiera a que el ministro de Defensa tomara posesión, incumpliendo la promesa en el programa electoral de hacerlo no renovando la misión cuando ésta llegaba a su fin en junio de 2004; y redondeándolo en Túnez con un llamamiento presidencial a que el resto de países hiciesen lo mismo que España.

Quizás el gobierno crea que los iraquíes son tontos, o cortos de memoria. Pero ellos no olvidan.

Hay que ser cínico: si el partido que ahora está en el gobierno se hubiese salido con la suya, Saddam Hussein seguiría en el poder y no habría democracia alguna con la que comprometerse.