martes, noviembre 30, 2010

ARCADI ESPADA sobre el Cablegate:
Los periodistas damos el nombre coloquial de historia a un relato fáctico, relevante y ordenado, que incluya el contexto, los antecedentes y las perspectivas de un hecho. Tener una historia, en fin, es acotar con sentido un área concreta de la realidad, sabiendo que no estarán allí todos sus detalles, pero sabiendo también que ningún detalle que el tiempo revele deberá contradecir los ya narrados.

Tener una historia es todo lo contrario de Wikileaks.
Leedlo entero, porque plantea cuestiones relevantes:
Es probable que en ellos haya datos para confeccionar mil historias; pero por sí sólos son humo de chusma. Nadie sabe, ni él mismo siquiera, lo que el ladrón dejó de llevarse. Cuántos, por ejemplo, de esos cables diplomáticos que completan, contradicen o desmienten los ya públicos, han quedado en el cajón, bien por descuido, bien, porque calificados de Top secret no han llegado al buzón de Wikileaks. Pero es que, además, el énfasis sobre la trascendencia de las filtraciones obvia una cuestión esencial sobre la utilización del secreto.