domingo, marzo 07, 2010

EL HUMORISTA de La Vanguardia, Toni Batllori, debería leer su propio períodico, para evitar meter la pata (clic para agrandar):

Y es que La Vanguardia publicó esto el pasado 11 de enero de este año. Tampoco hace tanto:

Extracto algunos párrafos:
La prohibición de las corridas en Canarias se produjo, en cierto modo, de forma casual, porque la ley pretendía fundamentalmente acabar con las peleas de gallos. No topó con oposición porque la afición a los toros era prácticamente inexistente.
 

De hecho, cuando se prohibieron los espectáculos taurinos hacía ya siete años que no se celebraba una corrida en Canarias. La ley sí chocó, sin embargo, con los defensores de las riñas de gallos, espectáculo muy arraigado en Canarias y que finalmente no fue prohibido al entenderse que "formaba parte del acervo cultural" de las islas.
 

La ley de Protección de Animales, aprobada en abril de 1991 por el Parlamento de Canarias y que puso fin a las corridas, prevé en su artículo 5.1 la prohibición "de utilizar animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento", y así ilegaliza las corridas de toros, el tiro al pichón o las peleas de perros.
 

Pero exceptúa en su artículo 5.2 la celebración de peleas de gallos en los municipios donde hay tradición.


[...] Encontrar a un canario que haya acudido alguna vez en su vida a algún espectáculo taurino en las islas es casi imposible, con independencia de su edad. Las corridas de toros apenas han tenido afición en los últimos 60 años. Según explica Cabrera, el hecho de que no hubiera ganadería en Canarias y que los toros tuvieran que venir en barco encarecía los costes y dificultaba la celebración de los espectáculos. Además, los animales no llegaban en buen estado para salir al ruedo.
Es decir, en Canarias se prohibieron los toros cuando hacía años que no había ni una corrida, a diferencia de en Cataluña, donde se montan esos follones a las puertas de la plaza con sangre de pega y gritos de "asesinos" cada vez que José Tomás va a torear. Las razones canarias para la prohibición eran distintas, o cuando menos con mucho más matices de lo que se dice: la defensa de los animales jugó un papel, claro, pero pesaron también los condicionantes geográficos. Y cuando finalmente se prohibieron se permitió que siguieran las peleas de gallos, que son cuando menos tanto o más brutales hacia un animal como las corridas de toros, lo que da que pensar que la defensa de los animales quizás no fuera tan vital, nunca mejor dicho.

Si los protaurinos son como se dice hipócritas por quejarse de que se prohíban los toros en Cataluña mientras no se quejaron cuando se ilegalizaron en Canarias , los antitaurinos no lo son menos al denunciar las corridas de toros en Cataluña mientras no dicen ni kikirikí por las peleas de gallos, que se siguen celebrando en Canarias (por no hablar de los correbous, que aunque no acaben con la muerte del animal no son precisamente una delicia para las bestias). O peor, desinforman, como hace Toni Batlllori, al afirmar que los toros son el único espectáculo en el que se fomenta el maltrato de animales, porque todos los demás están prohibidos.

(Notadelaredacción: no me interesan los toros; nunca he estado en una corrida y probablemente nunca vaya jamás a ninguna. Pero este post no va de eso.)