domingo, octubre 25, 2009

JAVIER MARÍAS en El País sobre la legislación antitabaco:
Entre los muchos síntomas de enloquecimiento que en los últimos tiempos presenta el Gobierno de Zapatero (en España deberían prohibirse las segundas legislaturas, porque en ellas todos los Presidentes pierden el norte, cuando no el juicio, como Aznar), hay uno al que se presta poca atención y que a mí me parece de los más graves, por lo que significa y deja traslucir: nada menos que el más absoluto desprecio por la democracia.
Ahí va... Hay más, mucho más:
La principal razón que estos políticos aducen para el endurecimiento de esa ley antitabaco es que España debe amoldarse a lo que rige en los países “de nuestro entorno”. Que yo sepa, los Estados Unidos, el histérico e hipócrita propulsor de estas campañas, no es precisamente de nuestro entorno. Pero lo que nuestro trivial y adocenado Gobierno no se para nunca a pensar, mostrando su increíble falta de personalidad, es si una ley es en sí justa o no, independientemente de las injusticias cometidas “en nuestro entorno”. Los no fumadores fundamentalistas se quejan de que no pueden entrar en muchos bares, por lo que exigen que sean los fumadores los que a partir de 2010 no puedan entrar. Según esa argumentación, podrían exigir que no hubiera locales topless aquellos que no quieran ver tetas sobre un mostrador, o que no haya billares los que detesten su ambiente, o discotecas los que no soporten el ruido, o casinos los que ven con malos ojos el juego o temen caer en él. La gente, simplemente, se abstiene de entrar o de llevar niños a ciertos sitios, pero no exige que esos sitios dejen de existir, como se pretende ahora con los espacios en que se puede fumar.
El razonamiento es impecable; leed el artículo entero.