martes, agosto 25, 2009

NOTA A LOS MEDIOS, como La Vanguardia, que presentan a Eric Holder como alguien que impide que Obama cumpla su bondadoso propósito de pasar página sobre los interrogatorios de la CIA:
El responsable de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, ordenó ayer investigar las torturas de la CIA -la central de espionaje exterior- durante la denominada guerra contra el terrorismo, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La investigación compromete los planes del presidente Obama para pasar página. Y amenaza con ceder otro frente a los conservadores, reforzados por el debate sobre una reforma sanitaria que topa con el escepticismo de buena parte de los estadounidenses.

El fiscal general Holder, que sobre el papel es independiente de la Casa Blanca, ha nombrado al fiscal federal John Durham para investigar una decena de casos de torturas y abusos.
El fiscal general en Estados Unidos no es independiente, como lo es en España (ya sabemos que en la práctica no lo es, pero ahora hablo de teoría). Eric Holder no es Cándido Conde Pumpido. Por la sencilla razón de que, si en España el fiscal general del Estado forma parte del poder judicial, en Estados Unidos el fiscal general del estado es un cargo equivalente al de ministro de Justicia. Es decir, no es que no sea independiente de la Casa Blanca, ni sobre el papel ni debajo de él: es que forma parte de ella. Es un miembro del gabinete de Obama. Se supone que un corresponsal en un país debería tener los conocimientos básicos del funcionamiento del mismo.

Es decir, que lo que ocurre es que, como tantas otras veces, Obama dice una cosa y hace la contraria. Mientras ha dicho en varias ocasiones que hay que mirar al futuro y no juzgar lo que ha ocurrido anteriormente, hace que un miembro de su gobierno haga la contraria; no hay nadie que pueda creerse que Holder ha tomado la decisión sin aprobación del presidente.