miércoles, diciembre 03, 2008

ESCRIBE JOSÉ ANTICH, director de La Vanguardia, en su billete en página 2 de hoy (requiere suscripción), a propósito de la entrevista de Bush a la ABC:
Si hace unos días Bush se sinceraba en televisión reconociendo que, a raíz del 11 de septiembre del 2001, había sido un error declarar que había que coger a Bin Laden "vivo o muerto", ayer, también en pantalla, siguió los pasos del ex premier británico Tony Blair y dijo que su principal lamento era que los informes sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq eran absolutamente falsos. Blair ya lo había dicho poco antes de abandonar el 10 de Downing Street y reincorporarse a la actividad privada. Ahora Bush, siguiendo una tradición de los presidentes norteamericanos de reconocer sus errores graves antes de abandonar el poder, ha dado la respuesta más nítida en lo que ya muy pocos consideran que fue el engaño de Iraq a la opinión pública y que ha marcado su presidencia.
Por supuesto, cualquiera que haya visto o leído la transcripción de la entrevista, y que tenga una mínima capacidad de análisis honesto, se daría cuenta de que Bush no dijo que los informes eran "absolutamente falsos". Bush dijo que eran erróneos, algo que sólo era posible saber post facto. Hay una diferencia entre mentir y equivocarse, como cualquiera sabe.

Un engaño a la opinión pública habría requerido que Bush y sus neocones supieran de antemano que los informes eran falsos, y que aquél y éstos fueran tan subnormales como para poner en marcha algo -la guerra de Iraq- que si les salía bien, es decir, si conseguían embarcar al país en una campaña bélica, acabaría dejando sus vergüenzas -sus mentiras- al aire: tras la guerra no habría armas de destrucción masiva que encontrar, e decir, habrían hecho algo que dejaría al descubierto sus mentiras (¿no creéis que alguien capaz de mentir para embarcar a todo un país en una guerra no habría puesto la guinda al pastel llevando un par de cajas de ántrax, o de toxina botulínica, en la bodega de uno de los miles de aviones de transporte militar que han llevado material allí, y los habría "hecho aparecer" en algún laboratorio o instalación militar saddamita, para evitarlo?). Y eso sin tener en cuenta que todo hijo de vecino, incluidos los que estaban en contra de la guerra -sí, incluido Zapatero, que incluso lo dijo en el parlamento, como demuestra el diario de sesiones del 5 de marzo de 2003 (pdf) - creían que Iraq disponía de ADMs; disentían sobre el modo de desarmar a Saddam Hussein, no sobre su existencia.

Para que quede claro, copio aquí los párrafos de la entrevista de marras en los que hablan del tema:
GIBSON: You've always said there's no do-overs as President. If you had one?

BUSH: I don't know -- the biggest regret of all the presidency has to have been the intelligence failure in Iraq. A lot of people put their reputations on the line and said the weapons of mass destruction is a reason to remove Saddam Hussein. It wasn't just people in my administration; a lot of members in Congress, prior to my arrival in Washington D.C., during the debate on Iraq, a lot of leaders of nations around the world were all looking at the same intelligence. And, you know, that's not a do-over, but I wish the intelligence had been different, I guess.

GIBSON: If the intelligence had been right, would there have been an Iraq war?

BUSH: Yes, because Saddam Hussein was unwilling to let the inspectors go in to determine whether or not the U.N. resolutions were being upheld. In other words, if he had had weapons of mass destruction, would there have been a war? Absolutely.

GIBSON: No, if you had known he didn't.

BUSH: Oh, I see what you're saying. You know, that's an interesting question. That is a do-over that I can't do. It's hard for me to speculate.
Es preocupante que alguien cuyo trabajo es explicarnos lo que está ocurriendo sea incapaz -voy a ser caritativo y concederle que es un error, yo no haré con él lo que él acusa- de entender algo tan evidente. Gracias a dios hoy en día uno puede acudir directamente a las fuentes, pero es inevitable preguntarse si esa incapacidad se extiende a todos los ámbitos de la información que su diario suministra. No es raro que la prensa se encuentre en tan lamentable estado. Los lectores hoy podemos ver la cocina, y lo que vemos allí da, literalmente, asco.

ACTUALIZACIÓN. Por otro lada, esa admisión por Bush de que la información sobre las ADM de Iraq era errónea, a pesar de que es presentada como nueva, no lo es en absoluto.

ACTUALIZACIÓN II. Relacionado con el tema, esto (vía Desde El Exilio).

ACTUALIZACIÓN III. Disiento de unas cuantas cosas que comenta Albert en su post. De entrada, no es exacto decir que la prensa mainstream no reflejaba las voces que no veían a Iraq como una amenaza. Sin ir más lejos, Scott Ritter, a quien Albert pone como ejemplo, aparece citado en los medios de comunicación tradicionales nada menos que 1.230 veces en 2002, 594 en 2003, y 419 en 2004 -los años más "calientes"- según Google News, que no es tan exacto como Lexis-Nexis pero sirve para tener una idea. Y sin contar los cienes y cienes de apariciones en televisión, con un impacto mediático muy superior dado su alcance a un número mayor de personas (dejo de lado a Justin Raimondo porque no se trata de alguien susceptible de ser tenido en cuenta en un escenario político tradicional).

En cuanto al informe del Center for Public Integrity, no puedo criticarlo al no haberlo leído, pero viendo el laxo concepto de "falsedades" y "mentiras" que vienen usando los contrarios a la guerra de Iraq no tengo demasiada esperanza en que todos esas "falsas declaraciones" sean tales, y no cuestiones que se han revelado inexactas post facto.

Por otro lado, si de exageraciones y amenazas hablamos, habría que tener en cuenta que los contrarios a la guerra de Iraq no son tampoco almas puras en ese sentido. ¿O no recordamos todas las visiones apocalípticas de guerras nucleares, millones de muertes por inanición, tropecientos millones de refugiados, etc, ninguna de las cuales se materializó? Cualquier crítica a la guerra de Iraq -y hay desde luego motivos para ello-, para ser honesta debería también incluir no sólo sus aspectos positivos, que sin duda los hay sino también un reconocimiento de todas aquellas terribles cosas que se suponía iban a ocurrir y jamás lo hicieron.