sábado, junio 21, 2008

POR QUÉ hay que boicotear los Juegos Olímpicos de Pekín (requiere suscripción):
La semana en la que los Príncipes de Asturias han confirmado que acudirán, en representación de España, a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, que se celebrará el próximo 8 de agosto, Crónica logra adentrarse en la tenebrosa China que ellos no verán.

El gigante asiático podría haber ejecutado a cerca de 50.000 personas desde que el Comité Olímpico Internacional (COI) le concedió en 2001 la organización de los Juegos, según los cálculos de académicos chinos y organizaciones de los Derechos Humanos. Pero no hay en todo el país -y probablemente tampoco en el mundo- ningún lugar que haya sufrido las consecuencias de la pena capital como los habitantes de las aldeas de la región de Banlao, junto a la frontera birmana.

No importa que la cifra de ejecutados sea un secreto de Estado en China. Aquí, en pequeñas comunidades donde todo el mundo se conoce, basta con preguntar casa por casa para hacer la cuenta. Los vecinos de las aldeas más castigadas aseguran que hasta la mitad de sus varones adultos han muerto ajusticiados en las dos últimas décadas y que sólo hay que leer las lápidas para distinguir quienes han muerto de viejos y quienes a manos de la ley. «Si la familia no ha escrito la causa de la muerte en la lápida, sabes que el muerto fue ejecutado y que los suyos cargan con la vergüenza de lo que hizo», dice un joven labrador en el cementerio que se alza sobre el pueblo de Xiao Meng Tong, ocupado sobre todo por difuntos varones.
Me he propuesto firmemente no ver ni un minuto de las retransmisiones televisivas. Sé que es una gota de agua en un océano, pero es lo único que puedo hacer.