domingo, febrero 24, 2008

PERSONALMENTE no me entusiasma John McCain, pero lo del presunto escándalo sexual que "destapó" el New York Times es completamente ridículo. Tan ridículo que ha conseguido unir a todo el mundo en su defensa. Por ejemplo, a ultraconservadores como los radiofonistas Rush Limbaugh o Laura Ingraham, que achacan al senador de Arizona no ser suficientemente de derechas (hasta el punto de que afirmaban que votarían antes por Hillary Clinton que por él; para que os hagáis una idea, sería como si El País lanzara una acusación sin pruebas contra Gallardón que hiciera que Losantos y César Vidal lo apoyaran).

También los medios de comunicación y destacados bloggers de izquierda, como Greg Sargent, Matt Yglesias, TalkLeft o Kevin Drum, o expertos en ética periodistica como Jay Rosen.

Ahora hasta el propio NYT está remando hacia atrás como loco. Porque más que acabar con la carrera de McCain probablemente este asunto supondrá la puntilla a un diario con gravísimos problemas económicos inmerso en una revuelta de accionistas tras el desplome de su valor bursátil, y que aún no se ha recuperado de escándalos sonados como el de Jason Blair. Es una pena, porque hace años era un gran, grandísimo periódico.

ACTUALIZACIÓN. En su artículo de hoy, el ombudsman del New York Times pone a caldo a su propio periódico.