domingo, febrero 11, 2007

NO, NO ES VERDAD que Barack Obama tenga posibilidades de ganar. Es el niño bonito de los medios de comunicación, desde luego, pero es un poco como el Robert Redford de la película: un candidato promovido algo artificialmente por otros. No es cierto, como da a entender El País, que sea uno de los candidatos con mayores posibilidades de acceder a la Casa Blanca, por lo menos en este primer intento. Sí tiene posibilidades de conseguir la nominación por el partido Demócrata, aunque mucho menos que Hillary Clinton, que está muy por delante en todas y cada una de las encuestas, e incluso que Bill Richardson, un candidato muy sólido, con mucha experiencia y que arrastrará buena parte del voto hispano. Pero aunque Obama obtuviera la nominación, no significa que gane: en realidad cualquier candidato republicano probablemente sueñe con que sea él su contrincante, porque eso significa media victoria.

Desde luego eso no tiene nada que ver con cuestiones raciales, sino con el propio perfil del candidato. Porque, ¿cómo puede alguien imaginar que gane las elecciones de un país alguien que no ha hecho prácticamente nada desde que accedió al Parlamento muy joven -directamente desde la universidad-, que no ha presentado ninguna iniciativa legislativa significativa y que durante años se ha limitado a votar lo que iba indicando el jefe de su grupo parlamentario? ¿Cómo puede alguien imaginar algo así, eh?

Ups.

Pero eso ya lo sé; lo que pasa es que a diferencia del nuestro, el sistema electoral de los EEUU es serio, no esa broma con la que nos enfrentamos nosotros.