miércoles, enero 31, 2007

LA PARCIALIDAD en la información y en la educación, como ya he escrito en otras ocasiones, es clave en la visión distorsionada que muchas personas tienen de determinadas realidades. Careciendo de elementos cruciales que ayudan a entender una situación, privados de todo lo necesario para hacerse cargo de lo que ocurre, muchos adoptan una postura que presumiblemente no sería tal si tuviesen todos los datos en la mano.



Esto viene a cuento de una anécdota que narra Florencio Domínguez (requiere suscripción):

Hace unos días, un conocido contaba cómo su hija de catorce años llegó a casa expresando su preocupación por lo que estaba ocurriendo con el preso de ETA Ignacio de Juana Chaos. El padre trató de ofrecerle una explicación sobre el conflicto jurídico que se había planteado en ese caso y sobre el perfil del etarra. Al indicarle que había matado a 25 personas, descubrió con sorpresa que la niña se resistía a creerlo y pensaba que era ETA quien había cometido esos asesinatos. Y cuando el padre amplió sus explicaciones indicando que ETA había matado casi a mil personas, la sorprendida fue la joven que no se imaginaba tal cantidad de víctimas.


Y así nos luce el pelo, y no solamente en este tema. Ni mucho menos.