viernes, diciembre 29, 2006

HACÍA TIEMPO que no leía un editorial tan transparentemente pro-totalitario, si me permitís la expresión, como este editorial de hoy en El País sobre Somalia:

Pero ver la guerra de Somalia como un conflicto en blanco y negro,
donde los buenos invasores derrotan a los malos y devuelven el poder a
un Gobierno reconocido sería una grave simpleza. [...] Las milicias integristas en fuga han conseguido predicamento popular
porque, pese a su integrismo religioso y métodos talibán, llevaron a
Somalia el primer indicio de estabilidad en casi una veintena de años.


Sí, y Mussolini hizo que los trenes llegaran a tiempo. Dejo por demasiado evidentes las comparaciones con muertos recientes y con muertos antiguos cuyo espectro todavía nos ronda, porque de tan evidente no hace falta.