miércoles, diciembre 27, 2006

ESTOY ALUCINADO por la ignorancia mostrada por muchos opinadores a propósito de la más que probable ejecución de Saddam Hussein en las próximas semanas. Yo ya escribí sobre el tema hace un tiempo: no estando a favor de la pena de muerte en general, sí creo que tiene sentido en casos de genocidio. Salvaría muchas vidas porque, primero, otros se lo pensarían dos veces al ver que no sale gratis, y segundo, evitaría la tentación de los fanáticos sunníes de emprender acciones suicidas para liberarlo de allá donde esté preso.

Tampoco 'compro' la teoría de que la ejecución de Saddam va a exacerbar los ánimos de sus seguidores, porque tenemos ejemplos históricos, algunos bastante recientes, de las virtudes terapéuticas de acabar con un tirano.

Pero no es esto lo que me ha sacado de mis casillas cuando estaba haciendo zapping radiofónico esta mañana y he ido a parar a la tertulia de Onda Cero. Los participantes (García Abadillo, Calleja, Juliana), con la única excepción de Rodríguez Braun, que de forma inteligente ha evitado pronunciarse (por lo menos en el poco rato que he escuchado), se han manifestado -cómo no- en contra de la pena de muerte. "No la merecen ni hasta los tiranos más sanguinarios", decían. Todo muy previsible. Casi tan previsible era la ignorancia histórica que ha demostrado alguien (Abadillo, creo), preguntando: "porque, ¿vosotros creéis que si Hitler no se hubiese suicidado en el bunker, lo habrían ejecutado?", y un coro le ha contestado, "No".

Podió; ¿esta gente no ha oído hablar de Nuremberg? ¿O es que creen que el tribunal que condení a Göering, Ribbentrop y a otros 10 nazis habría perdonado al Führer?

Pero algo menos sabido pero igualmente cierto: tras la Segunda Guerra Mundial, centenares de nazis fueron ejecutados en un duro proceso de "desnazificación" que envió a miles de ellos a la cárcel mientras que sus propiedades eran confiscadas. No parece que eso provocara oleada alguna de ataques terroristas en la Alemania de la posguerra como venganza, salvo que yo no me haya enterado.

Desconocer esto último, de lo que se habla muy poco, es hasta cierto punto comprensible, pero 'olvidarse' de Nuremberg es de juzgado de guardia. Hasta tal punto el pensamiento blando afecta a las meninges que en Europa estamos 'retroactivamente' en contra de la pena de muerte de genocidas por mucho que la Historia diga lo contrario. Siempre he dicho que el desconocimiento de ésta nos está trayendo, y nos traerá, muchos disgustos: es imposible formarse opiniones razonadas, y tomar decisiones políticas en base a ellas, si se desconoce casi a nivel elemental lo que ha ocurrido en tiempos anteriores. Y no, los contertulios no eran alumnos de la LOGSE precisamente...