domingo, noviembre 26, 2006

ESPLÉNDIDO Francesc-Marc Álvaro sobre el polémico desalojo de La Makabra, el complejo okupa de Barcelona (requiere suscripción):
¿Por qué La Makabra y sus okupantes merecerían un trato especial? Son ciudadanos como usted y como yo. Su condición de artistas y creadores no les exime de pagar impuestos, respetar la propiedad privada, seguir unas normas generales. Artistas ciudadanos o ciudadanos artistas, su opción estética y ética no les convierte en un bien a proteger por la cara, a menos que queramos generar un agravio comparativo cuyas ramificaciones, llevadas a la última expresión, deslegitiman toda política pública seria que no se base en la mera simpatía oportunista. Claro que no se extrañen si, finalmente, algunos políticos, temerosos de ser impopulares antes de las elecciones municipales, acaban aceptando el chantaje implícito y regalan -con paternalismo buenista y retórica de peluche- un nuevo espacio a la gente de La Makabra.

Los que quieran hacer circo (o macramé) que se rasquen el bolsillo o soliciten subvenciones en las ventanillas correspondientes, como cualquier hijo de vecino. Si además pretenden, de paso, fundar un reducto de resistencia frente al Estado perverso y el mercado depredador, que no esperen regalos de una administración atacada de mala conciencia e incapaz de ser firme ante ciertas imposturas. ¿Por qué una parte de mis recursos ha de ser cedida a los que, precisamente, consideran que todos aquellos que pagamos impuestos e hipotecas somos imbéciles y estamos alienados por el sistema? Mis impuestos no son para sostener paraísos okupas con marchamo de presunta vanguardia artística. Son para ancianos dependientes, o para enfermos que necesitan trasplantes o para jóvenes que desean formarse y adquirir experiencia laboral.


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