viernes, octubre 13, 2006

SEGÚN LA PRENSA ESPAÑOLA, el bodrio-estudio de The Lancet que afirma que han muerto más de 600.000 iraquíes ha sido sólo criticado por ("¡qué va a decir!") Por supuesto, se dejan en el tintero que especialistas en estadística, citados en el New York Times y el Washington Post -por citar dos medios poco sospechosos de simpatía hacia el inquilino de la Casa Blanca- manifiestan sus "dudas" sobre lo que cualquiera con dos dedos de frente tiene claro: que un estudio con un margen de error de... ¡+/- 200.000! no es un estudio: es pura bazofia.

ACTUALIZACIÓN. 600.000 muertos en 3 años equivale a unos 500 muertos al día; hoy en día, la muerte de 100 personas al día se presenta como una prueba de que Iraq va cada día peor. ¿Cómo se pueden reconciliar ambas posturas? Sencillamente no cuadra.

Por otra parte, los autores del estudio afirman que las cifras de las que han partido y extrapolado han sido entrevistas. Los entrevistados, dicen, han mostrado el certificado de defunción en 80% de los casos. Es decir, que el gobierno iraquí registra correctamente un 80% de las muertes. Las cifras oficiales de muertos facilitadas por el gobierno iraquí es de unas 49.000 víctimas. ¿Dónde están todos esos certificados de defunción del 80% de las 600.000 personas que según The Lancet han muerto desde el inicio de la guerra?

ACTUALIZACIÓN II. Y aún más: la cifra de 600.000 muertos se obtiene comparando la tasa de mortalidad previa a la guerra y la actual.

El problema es que han partido de una cifra absolutalmente irreal, la de la tasa de mortalidad en la época de Saddam. La oficial, claro; es decir la que no cuenta las fosas comunes con centenares de miles de kurdos, chiítas y en general opositores al régimen. Según esas cifras, el Iraq del padrecito Saddam (que se preocupaba por el bienestar de sus súbditos, no como esos otros países que se llaman a sí mismo libres y democraticos) registraba una tasa de mortalidad de 5,5 por mil habitantes, cuando la tasa española (como me recordaba Allan Smithee por email) es del 9,5 por mil. La de la Unión Europea es de 10,10 por mil; en EEUU, del 8,5 por mil; y el promedio mundial es del 8,5 por mil.

Tras las entrevistas de los encuestadores y los certificados de defunción, los autores del estudio encuentran que la tasa de mortalidad es del 13 por mil aproximadamente, que por cierto es la misma que se da hoy en día en Hungría. Con toda la violencia y destrucción, resulta que la tasa de mortalidad en el Iraq de hoy es la misma que en un país miembro de la Unión Europea.

Pero eso no les hace mover una ceja: cogen ese 5,5 por mil absolutamente irreal y llegan a unas cifras absolutamente implausibles. Y todo el mundo tragando sin hacerse preguntas. El poder echar 600.000 cadáveres a la cara de Bush es demasiado bonito como para estropearlo pensando un poco.


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