sábado, abril 29, 2006

NO SÉ SI ES por mera estupidez o por intentar de restar mérito a los pasajeros del vuelo 93 de la United Airlines que evitaron que el avión se estrellase contra la Casa Blanca o el Capitolio el 11-S, pero en principio sólo una de las dos cosas podría explicar lo que escribió Andy Robinson hace un par de días en La Vanguardia a propósito del preestreno de la película United 93:
Greengrass no se limita a hacer una narración periodística con datos comprobados, sino que completa con ficción el relato. Esto le permite hacer una lectura que subraya el heroísmo colectivo de los pasajeros. No se detiene mucho en individuos concretos, como el cristiano Todd Beamer, que recitó la oración salmo 23 mientras hablaba con una operadora en tierra. Beamer se convirtió en un heroe nacional por su exclamacion "Let´s roll" (rodemos) para iniciar el motín (en realidad, la frase que se oye en la caja negra es "roll it").
Hay que ser incompetente: lo que se oye en la caja negra es, efectivamente "Roll it", pero es que en la caja negra lo que se oye son las voces de los dos terroristas cuando se pusieron a los mandos del avión. ¿Desde cuándo la caja negra registra las voces de los pasajeros en sus asientos?

Lo que dijo Todd Beamer sí fue "Let's roll" (algo así como, "vamos allá", o "a por ellos") cuando se inició la revuelta de los pasajeros (unos héroes que hasta gente muy de izquierda como Arianna Huffington califica como tales). Y lo sabemos no por la caja negra, sino por la conversación que estaba manteniendo Todd Beamer a través de su móvil con una operadora de la telefónica GTE:
We do know the final thoughts and words of Todd Beamer, a 32-year-old Oracle Corporation account manager from Cranbury, N.J., with a wife and two young sons (and a third child on the way), who was travelling to California for a September 11 business meeting on Flight 93. Somehow, Beamer's cell phone call from Flight 93 was routed to Lisa Jefferson, a supervisor with the GTE Customer Center in Oakbrook, Illinois. As Mrs. Jefferson proceeded down the checklist in GTE's "distress call" manual, Beamer relayed the details of their situation: number of passengers, number of hijackers, weapons carried by the hijackers, etc. As reported in Newsweek's "The Real Story of Flight 93," Beamer's last words to Lisa Jefferson included a recitation of the Lord's Prayer:

Up to this moment, Beamer had been all business. "Lisa," he said suddenly. "Yes?" responded Jefferson. "That's my wife," said Beamer. "Well that's my name, too, Todd," said Jefferson. "Oh, my God," said Beamer. "I don't think we're going to get out of this thing. I'm going to have to go out on faith." Jefferson tried to comfort him. "Todd," she said, "you don't know that." Beamer asked her to promise to call his wife if he didn't make it home. He told her about his little boys and the new baby on the way. Then he said that the passengers were going to try to jump the hijackers. "Are you sure that's what you want to do, Todd?" asked Jefferson. "It's what we have to do," he answered. He asked her to pray with him. Beamer kept a Lord's Prayer bookmark in his Tom Clancy novel, but he didn't need any prompting. He began to recite the litany, and she joined him:

Our Father which art in heaven, Hallowed by thy name
Thy kingdom come. Thy will be done in earth, as it is in heaven.
Give us this day our daily bread.
And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us.
And lead us not into temptation, but deliver us from evil: For thine is the kingdom, and the power, and the glory, for ever.
Amen.

"Jesus help me," Beamer said. He recited the 23d Psalm. Then Jefferson heard him say:

"Are you guys ready? Let's roll."
En serio, ¿de dónde saca La Vanguardia tanto incompetente?

Si queréis desintoxicaros de tanta memez, lo mejor que podéis hacer es leer lo que el padre de Todd Beamer escribió el otro día sobre la película.

ACTUALIZACIÓN. Aquí teneís una recopilación de lo que dice la prensa estadounidense sobre la película.

ACTUALIZACIÓN II. En los comentarios me preguntan qué me han hecho los Godó, porque no critico tanto lo que hacen otros periódicos. La explicación es muy sencilla: los Godó no me han hecho absolutamente nada. Ni nadie en la redacción, donde conozco a unas cuantas personas decentes (únicamente tuve un cierto roce con el anterior defensor del lector, que se puso en evidencia de forma lamentable hace tiempo). Simplemente ocurre que La Vanguardia es, para mí, el "periódico de referencia vital": el que he leído desde que era un niño, el que siempre ha estado en casa. Y el único diario en papel al que sigo suscrito, porque -a pesar de internet- todavía necesito leer por lo menos un diario en papel cada día, muy probablemente por costumbre (o por inercia). Por eso, es cierto, no puedo evitar que se note un punto de decepción, de enfado casi, por la deriva editorial y el descenso de calidad del que había sido un buen periódico que me ha acompañado a lo largo de toda la vida. Lo que no estoy seguro, sinceramente, que eso siga siendo así durante mucho tiempo.