viernes, enero 20, 2006

CARLOS ALBERTO MONTANER:
Desprecio las teorías conspirativas de la historia, pero a veces hay que rendirse ante la evidencia. Con abundantes pruebas en la mano, el documentalista alemán Wilfried Huismann ha atribuido a Fidel Castro la responsabilidad del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy ocurrido en Dallas el 22 de noviembre de 1963. El documental, titulado Cita con la muerte. Castro y Kennedy, estrenado en la televisión pública alemana, aporta diversos documentos y algunos testimonios novedosos, pero los elementos más contundentes son un informe de la inteligencia mexicana, clasificado como Oswaldo-Kennedy, en el que se afirma que en septiembre de 1963 Lee Harvey Oswald recibió en México seis mil quinientos dólares de los servicios secretos cubanos como ayuda para que llevara a cabo el crimen proyectado. Por su parte, Oscar Marino, ex oficial del G-2 cubano, ya anciano y exiliado, corroboró la pesquisa del cineasta alemán: ``Se ofreció para ejecutarlo, y nosotros lo utilizamos''.

No es la primera vez que se maneja esa hipótesis. Jackie Kennedy y Lyndon Johnson, sin duda dos de las personas más cercanas al Presidente, lo creían firmemente, pero ocultaron esa certeza para no provocar otro incidente con la URSS. Si en ese momento revelaban sus fundadas sospechas, dada la indignación de la sociedad norteamericana, era inevitable invadir Cuba y castigar al culpable, pero la estremecida Casa Blanca no quería otra peligrosa confrontación con el Kremlin semejante a la que en octubre de 1962 había puesto al planeta al borde de una guerra nuclear. Bobby Kennedy, entonces fiscal general de Estados Unidos, seguramente también compartía la misma sospecha, pero tampoco le convenía acusar a Castro. A fin de cuentas, parece que el dictador cubano, como le advirtió al embajador brasilero en La Habana pocos días antes del crimen, estaba respondiendo de esa manera a los intentos de asesinato organizados por el hermano del Presidente con la ayuda de la mafia.
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