jueves, septiembre 15, 2005

UNO DE MIS SECRETOS inconfesables es que por la mañana, antes de trabajar, me gusta hacer un poco de zapping por los programas informativos matutinos en la radio y en la televisión. Es ésta la que provoca más fácilmente aquello que persigo al hacerlo: dispararme la adrenalina por la indignación de tal modo que se hace prácticamente innecesaria la ingesta de cafeína para soportar la dura jornada que viene a continuación.

Ayer ya os contaba un ejemplo. Esta mañana Telecinco ha vuelto a la carga, al informar sobre la oleada de atentados de ayer en Iraq. En el primer repaso rápido anunciando los temas a abordar, el presentador ha afirmado sin empacho que los atentados se atribuyen a partidarios de la comunidad sunnita iraquí que pretenden provocar una guerra civil en el país. ¿Para demostrarlo? Nada que dijeran o reivindicaran los sunnitas iraquís, sino el mensaje de al-Zarqawi.

Jordano y líder de al-Qaeda, organización terrorista compuesta principalmente por extranjeros, y que cada vez goza de menos simpatías entre los iraquíes, incluso los sunnitas; y es que generalmente es una mala táctica masacrar a los pacíficos ciudadanos a los que se afirma estar defendiendo...