viernes, julio 22, 2005

MAGISTRAL Valentí Puig:
NO existe en la lucha contra el terrorismo global la posibilidad de una línea Maginot que, a modo de cortafuegos, frene la estrategia de Al Qaida, colapse sus recursos y reduzca la capacidad de movimiento del enemigo. Era constatable ayer en el nuevo atentado en Londres, reincidente en la ciudad que prácticamente no había contabilizado las víctimas del atentado anterior. Ahí hubiera tenido una oportunidad única para el silencio y la continencia responsable el alcalde del Gran Londres, Ken Livingstone el «Rojo», uno de los elementos más alocados de la política británica, en su día destronado como alcalde por Margaret Thatcher y auténtico tábano del blairismo. Entre atentado y atentado, Livingstone había dicho que la culpa del terrorismo islamista es de Occidente. Él es uno de los causantes más conspicuos del mega-multiculturalismo como riesgo, refrendado en mezquitas incentivadas en su terquedad fundamentalista por los métodos de la afirmación positiva. Por eso ha podido afirmarse que Londres era un emporio de la tolerancia y a la vez el mayor refugio para movimientos terroristas. En Londres hallaron cobijo la mayoría de ramificaciones de los Hermanos Musulmanes que, en circunstancias muy distintas, han estado a punto de disolver el Estado egipcio por el uso de la violencia más sangrienta. En Londres estaban ubicadas las cuentas corrientes de la GIA argelina.

No hay línea Maginot, sino prácticamente una lucha cuerpo a cuerpo en las sombras, entre los servicios de inteligencia de Occidente, cada vez más articulados y compenetrados, y las huestes de Bin Laden. No hay quien pueda trazar esa línea pero lo más obvio es que la piadosa argumentación de una Al Qaida motivada por la pobreza es una falacia insostenible. Al Qaida recluta -y no siempre- entre sectores de una juventud musulmana marginada pero su cúpula ha estudiado en Universidades de Occidente, como se vio en el atentado de las Torres Gemelas, y en el caso británico pertenece a una segunda generación de inmigrantes que se ha beneficiado de las prestaciones del Estado de bienestar europeo.
Leed el resto.