lunes, junio 27, 2005

NO SÉ a qué viene tanto revuelo con lo que dijo Rumsfeld ayer. Hace más de un mes que ya se estaba hablando de ello en la prensa estadounidense; debe ser que ayer lo dijo por la tele, y los enteraos sólo saben lo que pasa en la caja tonta. En cualquier caso, no tiene nada de particular que haya reuniones con "algunos círculos de la insurgencia" (en realidad con un grupo de los insurgentes porque "la insurgencia" como tal, es decir como grupo cohesionado y que comparte objetivos y estrategias, no existe; se trata de grupúsculos diversos: al-Qaedianos, sunníes, ex-baathistas). Y no tiene nada de particular por la sencilla razón de que esas reuniones se celebran con los grupos que están buscando rendirse porque se dan cuenta que es difícil triunfar cuando el ratio entre muertos propios y ajenos es de 1 a varios cientos, y cuando la población local (¡incluso al-Jazeera!) se está hartando de que la inmensa mayoría de los muertos no sean los malvados yanquis sino los propios iraquíes. Es decir, no tienen el apoyo de la población (requisito imprescindible en todo movimiento guerrilero que pretenda tener éxito), están cayendo como moscas, y tantean el abandono de las armas para así integrarse en el proceso político.

Que alguien me expliqué donde está la... estooo... la... la noticia bomba.

No se les está pidiendo clemencia en reuniones secretas, como parece desprenderse si se lee la prensa española de hoy; sólo se les está ofreciendo la posibilidad de una salida negociada si dejan las armas (¿qué van a decirles si oyen que se quieren rendir, "nada, nada, chicos, a nosotros no nos vengáis con cuentos; y si seguís reventando mujeres y niños, no es nuestro problema"?). A diferencia de ETA, son ellos los que piden rendirse; normal que se les escuche. ¿No estábamos todos de acuerdo en que hay que dialogar siempre como el mejor método para poner fin a la violencia? "Ajá", dirá más de uno: "¡después de una guerra se quieren poner a negociar!". Pero si uno cree genuinamente que el diálogo es la solución debería alegrarse del cambio, en lugar de echar en cara el pasado. Siempre me llama la atención cuando se reprocha la hipocresía de quien acaba haciendo lo que el reprochador quería que se hubiese hecho desde el principio. En lugar de "sois unos hipócritas", ¿no deberían decir "ya era hora, qué lentos sois dándoos cuenta de las cosas"?