lunes, febrero 14, 2005

REZUMANDO EUROPEÍSMO, comprensión hacia el otro, y voluntad de diálogo por los poros. Oído en directo ha sido mucho peor; la alusión no era gratuita. O mejor dicho lo era, es decir que la nacionalidad era irrelevante en el fondo del asunto. Y por eso es un detalle que, de significativo, deja de ser detalle.

Por cierto que compárese la previsible falta de reacción ante esto con las críticas que le llovieron a Ari Fleischer, el entonces portavoz de la Casa Blanca, pocos días después del 11-S cuando comentaba la estupidez de Bill Maher que, en su programa de TV, dijo que los que empotraron los aviones en el World Trade Center y en el Pentágono no tenían nada de cobardes, sino que más bien eran unos valientes. Preguntado por un periodista sobre la boutade, Fleischer dijo: "It's a terrible thing to say, and it's unfortunate. And that's why — there was an earlier question about has the president said anything to people in his own party — they're reminders to all Americans that they need to watch what they say, watch what they do."

Inmediatamente se levantó un coro de voces denunciando que Bush y la Casa Blanca estaban amenazando a cualquiera que se apartara de la línea oficial (por cierto, la frase de Fleischer fue sacada de contexto sin miramiento porque en realidad empezó criticando a algunos paleoconservadores que habían hecho declaraciones anti-islámicas en los días inmediatamente posteriores a los atentados; el ex-portavoz lo aclaró más tarde en una carta abierta al New York Times).

Apuesto mi pozo de petróleo en Iraq (¿o acaso creíais que escribo lo que escribo gratis?) a que, aparte de los sospechosos habituales, nadie va a decir ni mú sobre esto.