viernes, enero 28, 2005

VOTAR NO a la constitución europea es hacerle un favor a Zapatero aunque él no se dé cuenta; Federico Quevedo lo explica. No os perdáis la sección en la que analiza la cada vez mayor probabilidad de que España acabe pagando los costes de la ampliación al nivel de Francia, Alemania y Gran Bretaña -o incluso por encima-, a pesar de tener menor población y un PIB más reducido que estos países.

Lo grave no es sólo que esto ocurra, sino además que venga regulado en esos protocolos adicionales que se han estado prácticamente hurtando a la opinión pública.

Ya puestos con el tema, no os perdáis a Carlos Rodríguez Braun abordando los aspectos económicos del bodrio. Y es que a pesar de lo que digan algunos "compañeros en el no", esta constitución en absoluto deja la UE en manos del neoliberalismo salvaje, sino que consagra un sistema intervencionista hasta la médula. Da escalofríos.