martes, diciembre 07, 2004

YOSIK compara entre dos situaciones: esta y esta. Muchos tendrían que seguir su consejo.

Por otra parte, discrepa de Gabriel Albiac sobre la sucesión de Arafat; no cree que Barghouti sea el hombre adecuado. La verdad es que la situación es complicada, pero sí hay algo a favor del asesino encarcelado: posiblemente sea el único que no sea tildado de marioneta de la CIA o de títere de Sharon al día siguiente de tomar posesión. En la zona, impregnada de la 'cultura de la conspiración', esa acusación es el truco favorito para desprestigiar el adversario y suele tener éxito incluso cuando es manifiestamente falso, lo que hace que la situación no avance ni a tiros (nunca mejor dicho).

Personalmente creo que ahí radica la ventaja de Barghouti, aunque no deja de dar un cierto repelús que un asesino como Arafat sea sucedido por otro casi tan asesino como él, como si los palestinos no pudieran ser dirigidos por alguien mínimanente decente. "Pues que no le voten, y si lo hacen será porque no quieren alguien decente como líder", dirán algunos como si eso diera a entender que su elección sería un reflejo del carácter de los palestinos. Eso sería así si el proceso político palestino fuera plácido y las elecciones fueran a tener lugar en un clima plácido en la que todos los habitantes pudiesen expresar sus opciones sin coacciones ni amenazas. Pero que esto no es lo que ocurre lo demuestra, sin ir más lejos, el primer enlace al que he hecho referencia en esta misma anotación.