martes, octubre 12, 2004

CYBERCAST NEWS SERVICE vuelve sobre los documentos encontrados en Bagdad y que supuestamente probarían los esfuerzos de Saddam por dotarse de ADMs, así como sus vínculos con al-Qaeda y Osama bin Laden. Ahora publican reproducciones de los documentos a los que se estaban refiriendo en la información anterior y, aunque no están en el formato de imagen idóneo, en Hispalibertas hacen casi un análisis forense de los mismos; Manel afirma que pasan el corte, es decir, que por lo menos tienen apariencia de credibilidad. A mi, sinceramente, la cuestión se me escapa; a diferencia de Manel, soy absolutamente araboanalfabeto.

En cualquier caso, la pregunta a hacerse es cómo encaja lo que indican estos documentos con lo que determina el informe Duelfer. Obviamente pueden ser falsos y la historia caería por sí sola; pero no se puede descartar que sean auténticos y entonces, ¿por qué no han sido utilizados por la administración Bush para evitar el indudable daño político derivado de que no se hayan encontrado pruebas de la existencia de arsenales de ADM? ¿Por qué Duelfer no dijo nada sobre los mismos en su informe?

La explicación más evidente es que los documentos hayan sido hallados por alguien que creyera que si seguía el procedimiento habitual ("meter" los papeles en el circuito establecido, para que sean traducidos por personal especializado) el asunto no iba a salir a la luz a tiempo antes de las elecciones presidenciales. Y es que se han encontrado millones de documentos que aún deben ser examinados con atención, lo que por otra parte ha llevado a que haya quien afirme que Duelfer se precipitó con sus conclusiones; al fin y al cabo no se puede descartar nada de forma tan tajante hasta que todos y cada uno de esos documentos hayan sido traducidos y analizados, y para que esto ocurra transcurrirán muchos meses.

Una explicación casi tan evidente como la anterior es que el que hubiese hallado esos documentos creyese que dárselos al equipo de inspectores de Duelfer, es decir de la CIA, era arriesgarse a que esos documentos fuesen, en el mejor de los casos, puestos debajo del montón cada vez que llegaran arriba del mismo y les tocara el turno de ser traducidos. Es notoria la hostilidad de la vieja guardia de Langley hacia una Casa Blanca que por primera vez en su historia ya no les deja ser el perejil de todas las salsas, y encima no ha evitado que aparecieran públicamente como responsables de los fallos de inteligencia que rodearon precisamente la cuestión de Iraq. Ese mismo motivo, la abierta hostilidad hacia la administración Bush, es lo que podría explicar también que los documentos hayan aparecido en un medio relativamente de segunda fila y no en uno de los grandes; visto lo ocurrido con el asunto de los veteranos de Vietnam contra Kerry o con el Rathergate, es presumible que también en este asunto habrían tapado el asunto todo lo que hubieran podido con el fin de no perjudicar a 'su' candidato Kerry. Cortocircuitar a los mainstream media sería algo así como una táctica de guerrilla para que el asunto creciera (también con la ayuda de la blogosfera) hasta que los medios 'grandes' no tuviesen más medio que abordarlo.

Otra explicación sería la teoría ponciopilatística que apuntó Manel en anterior post en que habló del tema: la mejor manera de dar credibilidad a algo que justificaría las acciones de la Casa Blanca ante la opinión pública sería precisamente que no fuera la propia Casa Blanca ni nadie de su administración quien haga aflorar esas pruebas. ¿Estamos ante uno de los planes retorcidos del malo de Karl Rove?

ACTUALIZACIÓN. Cuando he escrito lo anterior aún no había visto este segundo post de Manel sobre el tema. Interesantísima la conexión somalí, y la referencia a un respetadísimo especialista, Walid Phares, que ha examinado los documentos originales y determina que son auténticos.