jueves, julio 01, 2004

UNO SABE QUE tiene un problema -o debería saberlo- cuando hasta Michael Isikoff y Mark Hosenball, dos periodistas de Newsweek que le meten el dedo en el ojo a Bush siempre que pueden, destrozan lo que uno ha hecho.

Eso es exactamente lo que le ha ocurrido a Michael Moore y su panfleto Fahrenheit 9/11 (que por cierto me estoy bajando por BitTorrent en estos mismos momentos), en particular lo que se refiere a las más llamativas mentiras: los vínculos financieros entre las familias Bush y Bin Laden a través del Carlyle Group y del financiero James R. Bath, el gasoducto de Afganistán y el famoso vuelo al día siguiente del 11-S en el que se evacuó a miembros de la familia bin Laden.

Todo mentira.

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