sábado, mayo 29, 2004

POR LO VISTO no todas las ocupaciones son iguales, ni en todas la ONU tiene que tener un papel. Aunque lo esconda en medio de su crítica a la "ocupación ilegal, inmoral, ilegítima e injusta" de Iraq, lo cierto es que el gobierno Zapatero parece no ver con malos ojos la indigna ocupación del Sahara Occidental por parte de Marruecos, y cree que la ONU no pinta allí nada con su Plan Baker. Un país del que, hay que recordar, salieron los a-estas-alturas-ya-no-sé-cuántos autores (materiales) de la salvajada del 11-M en Madrid.

Y es que de nada sirve disimular, o esquivar preguntas cuando se está en Rabat de visita oficial. Porque luego va Maragall y lo larga todo (requiere registro):
Finalmente, el president Pasqual Maragall habló sobre el Sahara el gran tema tabú en Marruecos y lo hizo en los justos términos que más agradan al régimen de Mohamed VI y que probablemente más desagradan al Frente Polisario, defensor de la República Árabe Saharaui, y aliado político de dos de los tres partidos que componen el tripartito catalán, Esquerra Republicana e Iniciativa.

Y probablemente las palabras del presidente catalán van a tener repercusiones. Maragall defendió la conveniencia de buscar una solución al contencioso “en el marco regional y no el mundial”. Eso significaría “sacar” de la ONU el asunto para resolverlo entre los países afectados, es decir Marruecos y Argelia, además del Sahara, y según dijo Maragall, también Francia, España y Estados Unidos”. El presidente catalán aseguró que “desinternacionalizando” el problema, la solución podría resultar más fácil.

El criterio propuesto de Maragall se aleja del plan Baker auspiciado por la ONU que tenía que terminar con un referéndum de autodeterminación de los saharauis, que no se ha podido celebrar por los obstáculos que impuso antes el régimen marroquí.

Sin embargo, lo más importante de lo que dijo Maragall no fue esa defensa de la solución regional que tanto reivindica Marruecos porque deja en inferioridad a los saharauis, sino porque vino a decir que era el planteamiento expuesto por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su reciente visita.

Resulta que el presidente español se cuidó muy mucho en su día de no soltar prenda sobre el asunto del Sahara cuando visitó a Mohamed VI. La revelación de Maragall supone una inflexión importante en la posición española respecto al futuro de la ex colonia y un cambio profundo en las relaciones de los socialistas españoles con el Frente Polisario. Después de las declaraciones del president, los corresponsales españoles interpretaron que esta posición explicaba los agasajos que Mohamed VI ha dedicado tanto a Zapatero como a Maragall en sus respectivas visitas.